Sillas oficina para cada personalidad
Hace ya mucho tiempo comenzaron los trabajos que requerían labor de oficina, incluso parece que no se data en ninguna fecha en concreto. Tal vez los pensadores más ilustres fueron los pioneros en este tipo de trabajos, pues tenían que estar continuamente documentando todas las investigaciones que iban llevando a cabo.
En aquella época, las sillas que existían distan demasiado de las que conocemos ahora, de las que están por venir, en aquel entonces las sillas eran de madera, rústicas, sencillas, incómodas, pero además eran inútiles para que pudieran desplazarse por la habitación donde realizaban sus investigaciones, eso tal vez incitó a alguno a añadirle ruedas, sobre todo por practicidad, por agilizar el trabajo.
La revolución industrial impulsó la fabricación de las sillas
Posteriormente y con la llegada del ferrocarril fueron demandados puestos administrativos que hacían necesarias la inclusión de mobiliario, no sólo sillas, también por supuesto mesas, y algún mueble para guardar la documentación.
Hoy nos preguntamos cómo sería posible trabajar sin ordenador y en realidad de eso no hace tanto, pero ¿te has preguntado cómo trabajarían sin una buena silla de oficina?
Las sillas oficina son imprescindibles, lo eran entonces y lo siguen siendo, la única diferencia es que por aquel entonces era muy difícil encajar que las sillas eran aún de madera y que uno estaba deseando que acabara la jornada para levantarse de aquella silla tan incómoda.
Pues la demanda fue en auge y cada vez pedían más sillas de oficina, existían distintas empresas fabricantes y la competencia hizo surgir un nuevo paso en el desarrollo de este tipo de productos, lo que hicieron es ingeniar una serie de sillas para directivos y otra para los trabajadores medios.
Sillas para el jefe, sillas para ti
Esta diferencia se arraigó y sigue existiendo en la actualidad, por supuesto que se arraigó porque a los dirigentes les encantó la idea y bueno quienes están arriba mandan ¿no?
Tener una silla negra, con respaldar alto, que exprese lo lejos que has llegado en tu carrera es uno de los premios de estar arriba.
Pero no sólo las sillas oficina de los directivos merecen la pena ser admiradas, hoy en la actualidad muchos modelos nuevos, que nada tienen que ver con la sobriedad de las sillas elegantes de los jefes, son demandadas por ser diferentes, distintas entre un montón.
Y al final el carácter de la persona que la compra queda impregnada en la silla, como si de alguna forma se hubieran encontrado, la personalidad de la persona que compra la silla se ve reflejada tal vez en el color, tal vez en el diseño, tal vez en todo el conjunto.
Las sillas de oficina llegan a convertirse en un auténtico símbolo, sobre todo si llegas a trabajar durante algún tiempo en esa oficina y sobre todo si peleaste tu trabajo desde esa oficina.
Deléitate con los nuevos modelos en internet y decide cuál es el que más se acerca a tu personalidad, de algún modo será tuyo.