Sillas de estudio para niños

La higiene postural, esa que determina cómo se deben sentar las personas, no siempre se tiene lo suficientemente en cuenta cuando hablamos de niños. De hecho, importantes organismos en España, como el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Madrid, han mostrado su preocupación por la mala elección de las sillas de estudio para niños. De hecho, aún es frecuente el error de sentar a los más pequeños en sillas de mayores para realizar los deberes. Por ello, en este artículo repasamos las características básicas que debe tener el asiento en el que estudien nuestros hijos.

Lo primero de todo, hay que cuidar la altura de las sillas de estudio. De manera general, los rangos de altura que debe tener el asiento de una silla infantil va desde unos 30 cm si es para un niño de 6 años a 46 cm para uno de 15 años, aproximadamente. De todas formas, en todos los casos los niños deben tener bien plantados los pies en el suelo. En este sentido, las mesas también deben adaptarse a la estatura del niño y a la altura de la silla: más o menos, de 53 cm a 75 cm, respectivamente. En cualquier caso, otra medida de referencia es aquella en la que los antebrazos apoyen en la mesa sin necesidad de agachar la espalda ni alzar los hombros.

La gran ventaja de los modelos actuales es que se pueden regular en altura. De esta manera, la silla crece con el niño. Un ejemplo del catálogo de Ofisillas es Kid Move, que está indicada para niños de 5 a 16 años.

Silla de estudio infantil negra

Otras características de las sillas de estudio para niños

La mayoría de las sillas de estudio para niños que encontramos hoy en día reproducen a pequeña escala las sillas de oficina de adultos: son giratorias y con ruedas, puesto que facilitan el movimiento. Sin embargo, también es conveniente que el giro sea bloqueable y las ruedas tengan freno, para favorecer una situación de estabilidad en los ratos más largos de ‘hincar codos’.

Tampoco está de más comentar una obviedad: estas sillas de estudio para niños deben ser cómodas, y para ello nada mejor que un asiento y un respaldo acolchados. Y por último, un aspecto irrelevante en la higiene postural pero no en el tema psicológico: la decoración. Si conseguimos que el diseño de la silla sea del agrado de los pequeños, seguro que se mostrarán más animados cuando llegue el no siempre agradable momento de estudiar.

Silla de estudio infantil

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